sábado, agosto 27, 2005

Convención Mendoza-2005

El año 2003 el slogan fue "recarga tu combustible" y el año 2004 "refresca tu vida y tu ministerio". No sólo se cumplen estos objetivos sino que se derivan otros tantos relacionados con la vida espiritual de cada hijo de Dios que es capaz de sacarle el jugo a su don de liderazgo.

Cada año hombres y mujeres de Dios, arriesgados, creativos y especialmente capacitados para el ministerio juvenil, comunicando un mensaje de ser líderes como Jesús, accesibles para hablar, para escuchar, para ayudar de igual a igual, sin imponer ningún título de teólogos, psicólogos, pastores, abogados, sociólogos, artistas… al igual que Jesús, dejan de lado sus títulos y se ganan el respeto por tener actitud de amigos.

Logras comprender que no necesitas tener una edad determinada, ni haber ido a un seminario, ni tener un titulo; basta con tener a Cristo, conocerlo y saber lo que él hizo para cumplir su misión: amar incondicionalmente; no enseñó con un librito, ni andaba con la Biblia bajo la manga pero sí en su mente y corazón, contextualizó las verdades a la realidad de los oyentes y no se dejó intimidar por el liderazgo que lo rechazaba. Talleres, foros, plenarias, seminarios, uno tras otro que podrían cansar a cualquiera terminan siendo tres días de acción y desafíos donde puedes reír, conmoverte hasta llorar, discrepar, aprender, pero sobre todo, renovar tu mente para comprobar cual sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta y transmitirlo a todos los jóvenes y adolescentes a nuestro alrededor.

Hasta ahora éste era el evento juvenil internacional de habla hispana más grande en el mundo y único en su tipo, el presente año se divide en dos, exactamente el mismo evento, una vez en Guatemala y otro en Mendoza, Argentina; Mendoza es la ciudad más cercana a Chile, espero que esto influya a todos los que tienen el don de liderazgo (no necesariamente un cargo o un título) y busquen la forma de multiplicar sus talentos y no hacer un hoyo y esconderlo… todos sabemos lo que pasa cuando vuelve el Señor a preguntarnos qué hicimos con lo que nos dio.