Después de pasar tiempo con líderes de jóvenes de todo el mundo durante la Convención para Líderes de Jóvenes de Especialidades Juveniles, no hay duda en mi mente que nuestro llamado al ministerio juvenil y la condición actual de la iglesia institucional están de camino hacia una colisión. Comienzo a creer que si aquellos que han sido llamados para el ministerio de jóvenes siguieran la guía de Aquél que los ha llamado, encontrarse en problemas es inevitable. ¿Por qué? Porque , en general, la iglesia institucional no capta la onda. En Muchos espectros la iglesia institucional ha llegado a ser una corporación sin esperanza, atada desesperadamente a una telaraña o secular o fanática de reglas que solo tienen que ver con la tradición pero nada con la vida cristiana.
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